Voy en el coche rumbo a una reunión en casa de unos amigos, mientras escucho una vocecita desde la parte trasera -uuuch yo no quiero ir , me choca ir a otros lados, ¡me voy a aburrir! - és mi hijo pequeño que va con una mala actitud, y entonces le respondo, mira hijito siempre tenemos dos opciones una es que pienses que es muy aburrido, que no hay nada que hacer, que no hay nada que jugar, te puedes quedar sentadito en un lugar y esperar que llegue la hora de irnos o... entras con una actitud de tener deseos de divertirte con los demás niños y con tu hermano, jugar futbol, x-box, escondidillas, platicar con ellos, comer rico, y cuando llegue la hora de irnos ni siquiera te quieras ir. Que suceda una u otra cosa solo depende de tí, de lo que tu decidas que pase, no depende de ninguna manera de lo que hay allá, sino de lo que tu quieras.
El entro eligió la segunda parte y efectivamente al final ya no quería irse. Cuando salimos de la reunión me dijo sorprendido, -mamá, mamá tenías razón si tu quieres te puedes divertir donde sea, si hubiera llegado pensando que me iba a aburrir me hubiera quedado como Arturito que estuvo solo y aburrido toda la tarde, él eligió la primera forma-.
No puedo imaginar el tener que tomar una decisión sin que esté influenciada por nuestras emociones. Por lo mismo reconozco la importancia de la auto observación emocional, el saber que bajo ciertas emociones sería mejor, tal vez tomarnos un momento para decidir o no tocar algunos temas en los que podríamos caer en decir cosas que no queremos, porque si estamos muy molestos tal vez olvidemos todo lo que sabemos y escupamos todo nuestro diálogo izquierdo sin ningún filtro, y eso va a impactar en las emociones del otro de manera tan dura que tal vez queden tatuadas nuestras palabras en el otro.También si estamos muy alegres podemos prometer cosas o tomar decisiones que tal vez no están filtradas por nuestra conversación derecha.
En días pasado me tocó atender a una persona que es 20 años menor que yo, pero parece tener unos 15 más que yo, es una persona fea, tiene en su rostro todas las arrugas de la amargura, del enojo, de la ira, se le nota en el cabello, en la piel en el no brillo de sus ojos, incluso en su mirada, wow me pregunté al verla ¿cómo puede alguien elegir siempre estar mal? no tenía conocimiento de nada de ella, después me fuí enterando de algunas cosas y fuí confirmando lo que pensé en un inicio, es una persona que se cierra las puertas y la oportunidad de recibir ayuda con su actitud negativa.
Por lo mismo tengo que advertir que elegir ser positivos, divertirse y reir mucho causa patas de gallo, que son las arrugas que se crean al reir, pero aún así yo elijo esas arrugas y no las arrugas entre las cejas, la nariz y la boca por andar siempre "trompuda" y con el ceño fruncido, ¡ah! y además elijo tener presión regular, no quiero subir mi presión arterial estando siempre con "problemas en la cabeza" veamos oportunidades para mejorar no problemas y entonces al enfocarnos para aprender y solucionar nos relajaremos y armonizaremos la fisiología de nuestro organismo.
¡Arriba las patas de gallo!
Gracias Mitzy
ResponderEliminarPerdón Connie, puse otro nombre en mi comentario. Me encantó el relato de tu hijo. Felicidades
ResponderEliminarYo también prefiero las patas de gallo, después nos pasaremos una buena crema, pero lo vivido nadie lo quita!!
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